ESCONDITE

Por EL MARIDO DE FERNANDA
1590 caracteres

La última vez que me la hizo fue de antología, solo a ella se le ocurren tales detalles, seguro pa’ que me enamorara más de ella.

– Juguemos a la botella – me encandiló.

Y zas, que le digo que zas, y empieza esa belleza de desnudarnos poco a poquito. Una tú y una yo me dijo…

Y nos aburrimos!! Y que me dice, ahora que vienen las braguitas rojigualdas y mi brassiere contra tus calzoncillos, porque no nos vendamos ambos. A mí eso si me dio confianza. Ya no me la haría dos veces, el hombre es el único animal que se tropieza dos veces y con la misma piedra, pero no, a mí no me la hace esta cabrona pensé yo.

Total que yo siempre antes de quitarle una prenda de esas que olían a ella, a dulzor de ella, a vulva de ella, le palpaba la venda con olor a ella y sí; en este caso, la tenía. Así que me dijo, si sigues desconfiando de mí, te amarro a la cama y vendado, luego te suelto con mi lengua mientras te la mamo y después vendado, me persigues y jugamos a las escondidas. Y yo que le digo que sí, que cámara y que después de felarme como sólo ella sabía hacerlo que nos ponemos a jugar a las escondidas y que me libera de las amarras y Viri, Viri, Viri mi vida donde andas, y después de cómo tres minutos de no escuchar ruido, que me arranco la venda y nada, nada de nada, lo que se llama nada, la muy sin pena se había llevado toda, tooooda mi ropa! Ahí me dejó en mitad de la calle y desnudo.

Yo, pues no sabía como escapar de aquel embrollo. A quién llamaba, como le explicaba a la gente que había sido todo un juego con mi reina.

De pronto, que veo un montón de árabes como en procesión, todos en filita india, con su mantita blanca, uno tras el otro y que agarró las sabanas del tálamo donde antes me había crucificado de placer y que salgo y me uno a tal manifestación tan peculiar. Y ya iba todo tranquilo, cuando uno de ellos, cubierto en esos folgos que usan, me dice en un perfecto español

- Usted también se ve que andaba jugando a las escondidas con Viridiana, verdad? -

1 opiniones:

Cuatroletras dijo...

¿No que no se tropezaba con la misma piedra?

Hay un dicho que dice: el hombre pone y la mujer dispone, bueno creo que así va, jajaja

Me gusto más el juego, eso de amarrar a los hombres a la cama se oye divertido, lo tendré en cuenta para mi próximo encuentro sexual.

Todos los relatos son buenos

FER:

Que marido tan ingenioso tienes, se le ocurre cada cosa!!