Por KAOS
1447 caracteres
Fue hasta mucho después de mi mayoría de edad que entre jalones y palabras decidí entrar por primera vez a un Table. Lo recuerdo bien, fue en Praga, la capital del mundo porno donde me inicié y donde traicioné mi promesa; después de Praga se dejó caer un mundo de cultura, en Bogotá Colombia el éxito esta en la Mansión, una casa de citas donde encontrarán lo mejor de lo mejor al mejor precio o en el Lancaster que a pesar del bajo mundo ofrece servicios inimaginables, si prefieren Brasil, entonces no hay que buscar tanto pueden ir al clásico Barbarella en Rio de Janeiro pero las mejores están en casi todos lados y en Sao Paulo terminan siempre en el “Love Story” un After donde se reúnen todas para matar la noche; en Rumania les recomiendo el Pussy Cat’s donde encontrarán sin duda alguna una gran compañía, aunque mejor vayan al bamboo que sin ser putero es lo mejor del mundo, en México ustedes conocen mejor que yo… aunque si algun día me animara preferiría llamarle a Fernanda Siempre.
Mi problema real y por el cual resistí tanto tiempo a vivir este tipo de experiencias es el trauma que tuve mucho antes de los 13 años cuando acompañando a mi madre, tuve la poca fortuna de descubrir a 3 prostitutas en plena delegación, acusando a mis tíos de haber abandonado el “putero” sin pagar la cuenta y fue ese mismo día al ver a mi madre hundida en la vergüenza que me auto-prometí evitar a toda costa no entrar a ese tipo de lugares donde se paga por ver, se paga por tocar y ojala no rompas nada.
Hoy en día a pesar haber visitado varios lugares puedo decir que no he rentado nunca ni el amor, ni una caricia de una sexo-servidora y también puedo decir que en mi experiencia, no hay mejor amor que el que es compartido con la misma persona con la que compartes la vida.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 opiniones:
Publicar un comentario